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No hay nada más español que la automedicación así que, un buen día, dediqué un plato a tan castizo hábito. Mi abuela, mismamente, era adicta al Gelocatil. Una yonki de la farmacopea. "El Torete" con tarjeta dorada de RENFE. Un desastre de matriarca que todas las mañanas, y nada más levantarse, se metía dos pastillazos entre pecho y espalda:

• "¡Abuelaaaaaa! ¡¿Ya estamos con el Gelocatil ?! ¡Es imposible que todos los días te duela la cabeza!"
• "No, si no me duele, pero como no me los tome me va a doler y verás tú luego. ¡Ni Dios me aguanta!."
• Y así todos los días.
• En AD España son muy como mi abuela y, como tal, admiradores de mi pastillera de vida alegre, así que decidieron pedirme una versión de la misma adaptada a las necesidades de tan insigne revista para regalar entre los participantes de una encuesta que iban a realizar durante el mes de Septiembre. Y yo encantado.
• Siempre es un gustazo colaborar con ellos. Me tratan muy bien los señores (y señoras) de AD España.